Al hijo de un granjero, Ferrucio Lamborghini, le faltaba el amor para el campo y los ganados, le gustaba más la tecnología e hizo su dinero después de la segunda guerra mundial con la fabricación de tractores. Se compró coches deportivos caros. Pero ésos no eran lo bastante bueno para el . Así decidió construir el deportivo perfecto. Eso era en 1963. Como emblema de la marca seleccionó el toro, su signo astrológico
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